Todos imaginamos el final de una imparable aproximación, no importa lo emocionante del trayecto, la llegada será un impacto de consecuencias impredecibles.
Pero existen amistades de toda la vida, romaces enganchados a la eternidad. ¿Cuál es la diferencia?. Parece que ellos supieron cuando "parar", cuando detenerse en esa aproximación y generar el intersticio ideal entre ambos. La distancia perfecta en la que uno otorga el espacio al otro para que pueda desplegar sus alas, o tal vez danzar y entregar todo de sí a su manera.